Los celos es una emoción natural que en niños aparece frecuentemente cuando el niño percibe que su hermano se interpone en la relación que tiene con alguno de sus progenitores. Por ello, el niño lucha con las herramientas que tiene por llamar la atención de sus padres, de esta forma suelen aparecer las conductas inadecuadas como peleas entre hermanos, enfado con los padres, contestaciones inadecuadas,…

 

Por ello, los padres debemos tener la capacidad de gestionar estas emociones en nuestros hijos para que no se intensifiquen y terminen provocando un problema en la familia (rivalidad entre hermanos) y a nivel emocional, sobre todo, en el hermano mayor.

 

Lo primero que es interesante hacer para controlar esta situación es intentar evitar al máximo posible las comparaciones entre hermanos. Hay veces que se llevan a cabo sin darnos cuenta pero suelen crear más frustración y enfado en los niños, aumentando de esta manera la rivalidad entre los hermanos. Para una relación sana entre hermanos es necesario que no exista competición entre ellos, sino que se muestren como un equipo en colaboración para conseguir los objetivos. Además, los padres debemos reforzar y ayudar para que estas situaciones de colaboración entre hermanos sucedan.

 

Por otro lado, hay que reforzar las cualidades positivas que tiene cada uno. De esta manera se aumenta la autoestima de cada uno de ellos sin la necesidad de hacer comparaciones o generar una competición para demostrar quien es el mejor. Cada uno es bueno en lo suyo.

 

Por último, cuando nace un hermano es importante intentar que la rutina del niño mayor varíe lo menos posible, dedicarle también ratos de juego y atención en solitario a él y ratos en los que se juegue todos juntos, e intentar hacerle partícipe en algunos cuidados de su hermano pequeño. De esta manera el niño sentirá que tiene un papel importante en la familia y que no ha sido cambiado por otra persona nueva.

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