La frustración es un sentimiento que aparece cuando no conseguimos lo que queremos o cuando nos suceden situaciones no deseadas. Muchas veces la frustración es acompañada por otras emociones como la tristeza, la ansiedad, la ira…

Muchos padres nos llegan a la consulta de Psh preocupados por la poca capacidad de tolerancia a la frustración de sus hijos. En este post te vamos a dar pequeños consejos para trabajar con tu hijo esta habilidad pero si necesitas ayuda profesional no dudes en contactar con nosotras.

En primer lugar, es importante que evitemos la sobreprotección con nuestro hijo. Esta sobreprotección nos lleva, en muchos casos, a hacer las tareas por ellos, dejándoles sin la oportunidad de que aprendan por sí mismos. Los niños deben aprender que hay situaciones en las que es necesario postergar las propias necesidades o deseos.

Todo esto está muy unido a la independencia. Fomentar la autonomía en los niños es esencial para que se desarrollen de una manera sana y equilibrada. De esta forma, aprenden que hay cosas que pueden hacer y otras que no, y otras que con ayuda conseguirán. Los padres, profesores u otro adultos somos los que les proporcionaremos esta ayuda, sirviendo como soporte para ellos.

Por otro lado, hay que dejar que los niños se frustren. Si el niño entra en una rabieta, no vayas enseguida a calmar sus necesidades, así aprenderá que las cosas no pueden conseguir a través de esas técnicas disfuncionales.  Tus hijos deben entender que equivocarse muchas veces no es negativo, y es necesario que aprenda a pedir ayuda cuando lo necesite.

Nosotros, los adultos, debemos de servir como ejemplo de tolerancia a la frustración. Nuestros hijos se fijan en cómo nosotros nos relacionamos con el mundo, y nos imitan. Por ello, debemos ser un buen modelo de gestión emocional, identificando y procesando de manera adecuada nuestras emociones, para de esta manera, ellos también aprendan a hacerlo.

Por último, intenta que las metas de tu hijo sean apropiadas para sus capacidades y edad. Unas metas inalcanzables harán que tu hijo se frustre ante una situación inalcanzable,  por lo cual su autoestima puede acabar disminuyendo.

La gestión emocional en los niños es una capacidad que hay que trabajar a diario para que se desarrolle de forma adecuada. Si crees que en tu familia tenéis problemas en este ámbito contactanos y te ayudaremos a que esta situación mejore.

 

“Los niños deben ser enseñados en cómo pensar, no en qué pensar.”-Margaret Mead.

 

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